¿Cuándo es año nuevo? ¿A las 11, a las 12 o a la una?

Hombre! Que alguien me diga, confusa estoy, cuándo debo levantar la copa por el nuevo año.
Si miro el almanaque, hay una fecha para los judios, musulmanes, los mayas con su calendario y... como si fuera poco, ahora que hay que atrazar los relojes, ay-ay-ay.
A las doce de la noche del día 30 de diciembre de 2007 el reloj deberá decir que son las once. Bostezaremos y viviremos una hora más. Ese día, claro.
Pues así es que el 31, cuando muchos levantemos la copa para soñar, agradecer, pedir, decirle unas malas palabras al año que se pone viejo, pensar en gente que se quiere y hasta atragantarse maravillosamente con las doce uvas, no será el año nuevo. En verdad, estaremos festejando una hora después pero deberemos creer que es el nuevo año.
Entonces, hasta el día anterior, la medianoche eran las 23 horas. Pero ahora, hay que ganarle al consumo -disculpas, al consumo de energía!- y pues así resulta ser que el año 2008 empezará dos veces. O una vez. Pero a aotra hora que el año anterior... O que un día para atrás.

Además de esta confusión que me pone ante la terrible duda de si al fin y al cabo uno no debe levantar la copa cuando se le antoje o de si el año realmente es nuevo porque el reloj se pone de acuerdo con las medidas de urgencia del pobre medio ambiente que nos queda y al servicio de cada medida de urgencia de Estado, me ataca la siguiente duda:
¿Qué pasa si cuando llamo por teléfono a mi hermana, ella considera que el alchochol se apoderó de mi porque ha puesto su reloj a la una y yo a las 23 el día anterior?. ¿Cómo hacemos para ponernos de acuerdo con el nuevo año? Puf.

Cuestión de fechas.
Al margen de ellas, o dentro de ellas, que ahora mismo, o cuando quieran, abran un cuaderno en blanco y empiecen a escribir una nueva vuelta por la vida con los sueños más ocultos, más errantes y bellos que no se animen a soñar en voz alta.

Bonito año. Con ilusiones. Con hacer para cambiar eso que no nos gusta . Con no mirar todo desde el sillón como si fuéramos espectadores. Con sonrisas. Con tolerancia. Con miradas a las cosas más chiquitas; a las de todos los días que son las que se de verdad se la hasn bancado. Feliz año para el que lo sienta cuando lo sienta y, sobre todo, que sea nuevo.